Pidió ser condenado sin juicio para que las víctimas, su hijo y su mujer, no revivan el horror
26.01.2014 01:41
Pidió ser condenado sin juicio para que las víctimas, su hijo y su mujer, no revivan el horror
Al hombre le dieron 16 años por intentar matar a su ex esposa y a su hijo, a quien tomó como rehén y le cortó las venas durante un ataque de fundamentalismo religioso. |
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Un hombre que llegó a juicio acusado de haber querido matar a su ex mujer y su hijo en un ataque religioso ocurrido en 2011, en Entre Ríos, le pidió al tribunal que no inicie el debate y le apliquen "la condena que quieran" para no revictimizar al niño durante el proceso. Se trata de Ricardo Gómez Artero (52), quien aceptó una condena a 16 años de prisión acordada por las partes luego de reconocer que quiso asesinar a su esposa y madre del nene al que mantuvo de rehén y le cortó las venas durante el episodio. "Firmo lo que pidan el fiscal y la querella y terminamos hoy", dijo el acusado al presidente del tribunal de la Sala I de la Cámara del Crimen de Paraná, Ricardo Bonazzola, cuanto éste le preguntó ayer si iba a declarar en el inicio del juicio. Y ante la sorpresa de jueces, fiscales y abogados de las partes agregó: "Acepto la pena que me sea impuesta, lo que la querella y el fiscal quieran, sin ningún tipo de contrapunto. Firmamos y terminamos hoy y me vuelvo al penal". De esta manera, Gómez Artero buscó que su hijo no reviviera lo ocurrido cuando intentó asesinarlo junto a su madre y generó que el tribunal pasara a un cuarto intermedio para que el fiscal de Cámara, Rafael Cotorruelo; los abogados querellantes Guillermo Vartorelli y Miguel Cullen; y los defensores del imputado, Nora Lanfranqui y Boris Cohen acuerden el monto de la pena. "(Gómez Artero) prefiere morir en la cárcel antes que revictimizar a su hijo y sacar a la luz todas las miserias humanas que hay en esta causa", sostuvo la defensora Lanfranqui. Finalmente, las partes fijaron la condena a 16 años de prisión por los delitos de "homicidio en grado de tentativa, homicidio calificado en grado de tentativa y privación ilegítima de la libertad, doblemente agravada", lo que Gómez Artero aceptó. Vartorelli consideró que la decisión del ahora condenado convirtió al caso en algo "inédito o al menos extraordinario" y también "da transparencia porque muchas veces se habla del juicio abreviado como un arreglo espurio entre abogados". A partir de la confesión, quedó acreditado que la noche del 19 de diciembre de 2011 Gómez Artero llegó a la casa de su ex pareja, María Franco Melgarejo (37), situada Concordia 293 de la capital entrerriana, donde tuvo un ataque de fundamentalismo religioso. Tras varios minutos de discutir con la mujer, roció a ésta con un insecticida y luego la golpeó en la cabeza con un arma de fuego. En el forcejeo, a Gómez Artero se le escapó un tiro que impactó en el techo de la vivienda. Mientras esto sucedida, el atacante le pidió a su hijo, quien por entonces tenía siete años, que le trajera un cuchillo para asesinar a su madre. En un momento, Franco Melgarejo logró arrebatarle la pistola a su ex marido y arrojarla por la ventana, y finalmente pudo escapar de la vivienda. Cuando los policías llegaron al lugar vieron que Gómez Artero arrastraba a su hijo, tomado del cuello, hasta el baño de la casa, por lo que le pidieron que depusiera su actitud. Sin embargo, el hombre amenazó con matar a su hijo, tras lo cual se llevó a una negociación para que liberara al rehén. Luego de varias horas, los policías ingresaron al baño donde redujeron a Gómez Artero y rescataron al niño, que presentaba heridas cortantes en los brazos y las piernas. Según los médicos, la víctima había sufrido dos profundos cortes en los antebrazos que le habían ocasionado una importante pérdida de sangre. A pesar de ello, y mientras era llevado al hospital, el chico clamaba porque su padre estuviera a su lado y no lo separaran de él. FUENTE: 26noticias.com.ar |